Fuente: texto e imagen: Ciper Chile.- En Talca e Iquique hay empresas locales que venden cilindros de gas, desafiando a Gasco, Abastible y Lipigas. La idea es la misma que quieren desarrollar varios alcaldes, alertados por el alza en el precio del producto y la escasa competencia entre las grandes compañías. La comercializadora de la Región del Maule, llamada HN, efectivamente empuja el precio a la baja: en noviembre pasado, por ejemplo, informó que su balón de 15 kilos llegó a estar casi $8 mil más barato que el de Abastible. La superintendencia del sector multó con $189 millones a Lipigas por no informarle a HN que tiene cilindros de esa empresa en sus bodegas. Si Lipigas recibe envases de HN, está obligado a notificar al dueño de los balones para que los retire. Si bien HN tiene cerca de 20.000 cilindros, cuenta solo con 6.000 en circulación. Muchos podrían estar en bodegas de los gigantes del rubro. Lo mismo ha ocurrido con otra empresa de Iquique: Uligas. La autoridad estudia un cambio en las reglas.
Lo que pretende hacer un grupo de municipalidades vendiendo gas licuado más barato, lo hace al menos desde hace cinco años Hugo Najle, dueño de la comercializadora HN, de la Región del Maule. Su participación en el mercado es marginal en comparación con los tres gigantes del rubro: Lipigas, Gasco y Abastible. Pero consigue, tal como lo quieren hacer los alcaldes, ofrecer un precio más bajo. Según información proporcionada por HN, en noviembre pasado hubo días en que su cilindro de 15 kilos llego a costar $7.900 menos que el mismo producto de Abastible.
Pero la operación de HN se ve afectada por un factor que no es controlado por esa empresa local y que la deja en manos de las grandes compañías: de los 20 mil balones con los que cuenta, solo tiene en circulación 6.000, lo que, evidentemente, disminuye su productividad. Y los envases son caros. Son, de hecho, el mayor obstáculo para ingresar al negocio. Un cilindro de 15 kilos, por ejemplo, tiene un costo de US$55 dólares sin impuestos. El problema es que muchas veces los clientes -por urgencia o comodidad- entregan los balones de HN a otras compañías. Las normas que regulan este sector indican que la empresa que los recibe debe informar a la compañía dueña de los envases para que los retire. Pero eso no pasa con HN. La Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC) multó a Lipigas con $189 millones por no entregar esa información a la empresa de la región.
Esta práctica no es nueva. Ya la sufrió, en los años 2000, otro emprendedor que compite con las tres compañías que se reparten el mercado: Uligas, de Iquique. Según resoluciones oficiales revisadas por CIPER, Lipigas envió 140 envases de Uligas desde Iquique a su planta de Antofagasta, lo que obligaba a la comercializadora local a retirar sus envases a más de 400 kilómetros de sus bodegas. Marcelo Mendoza, gerente de operaciones de Uligas, informó que todavía sufren este tipo de problemas para operar en la zona.
Los alcaldes que pretenden desafiar a los grandes del rubro, tendrán que tener en cuenta en su modelo de negocios esta práctica que puede asfixiar a los actores emergentes. Mientras tanto, el superintendente del ramo, Luis Ávila, informó a CIPER que se estudian cambios en las normas, porque, según dijo, no contar con una intercambiabilidad adecuada de cilindros puede acabar con una empresa:
–El no entregar la información hace más caro el proceso de envasar, porque obliga a quienes son los propietarios a disponer de un mayor nivel de envases para desarrollar su actividad (…). Pero, si adicionalmente se retarda la capacidad de recuperarlos, entonces lo que hay es una afectación directa al capital de trabajo que se requiere. Y, por lo tanto, un aumento en el costo de desarrollar la actividad. Y eso, finalmente, podría tener un impacto en el precio al cliente, para resarcirse respecto de ese aumento del costo.
MULTA POR FALTAS GRAVES
El pasado 7 de octubre, Lipigas recibió una multa de la SEC por una serie de obligaciones que no cumplió. En primer lugar, no entregó información sobre la cantidad de cilindros ajenos que tiene en la Región del Maule, algo que debe hacer una vez al mes. En segundo término, no cumplió de manera regular con el envío de información a HN sobre el número de balones de su propiedad que estaban en bodegas de Lipigas, para que la empresa maulina los retirara (ver sanción). Se trata de dos faltas que implican –junto a otro cargo– una multa de casi $189 millones. Lipigas apeló y el proceso sigue en curso.
Hugo Najle cuenta a CIPER que en 2016 comenzó con mil cilindros. Según sus cálculos, con eso le alcanzaba para abarcar a poco más de 300 clientes, pues por cada envase entregado a un consumidor se deben mantener al menos otros dos en bodega. Pero pasaron unos meses y su inventario de balones disminuyó. Hoy, dice, su stock total es de 20.001 unidades, pero hay más de 14.000 cilindros que no sabe dónde están. Hace años, asegura, viene denunciando ante distintas entidades que sus competidores no le devuelven los balones.
Cuando una compañía vende un cilindro y a cambio recibe un envase de otra empresa, la norma señala que debe almacenarlo y avisar al propietario para que lo retire. Acorde a la normativa de la SEC, todas las compañías tienen que “comunicar por escrito a la empresa propietaria de los cilindros, la cantidad y tipo de cilindros que se encuentran en sus instalaciones, el lugar en que se encuentran disponibles para su restitución y la fecha en que pueden ser retirados”. Esta última fecha no puede exceder los siete días desde que los cilindros llegan al lugar de acopio. Y cada una de las compañías no puede tener en su poder más del 0,2% del inventario de balones que sus competidores declaran en cada región.
Esta última norma también la incumplió Lipigas hasta avanzado el 2020, según la SEC. El organismo informó a CIPER que, en los últimos cinco años, han existido apenas dos denuncias sobre esta práctica. Solo la de HN terminó en sanción y abrió un proceso de actualización de las reglas, según comenta el superintendente Ávila.
BALONES DE IQUIQUE A ANTOFAGASTA
Un problema similar al de HN le ocurrió a Uligas en Iquique, a comienzos de los 2000. Lipigas envió 140 envases de Uligas a Antofagasta, obligando a la compañía local a retirar los cilindros a unos 400 kilómetros de sus bodegas. En los registros de la Fiscalía Nacional Económica (FNE) se encuentra la sanción que entonces se aplicó a Lipigas:
“Ha quedado demostrado que la verdadera finalidad de la retención y envío desde Iquique a la planta de Antofagasta por parte de Lipigas de 140 cilindros vacíos de 15 kilos propiedad (de) Uligas, con infracción a las normas aduaneras y de las referentes a libre intercambio de envases, no ha tenido otra finalidad que tratar de impedir, o cuando menos restringir o entorpecer la libre competencia que ésta última y nueva empresa hace a Lipigas”, rezaba la resolución del 26 de noviembre de 2001.
Hace poco, Uligas volvió a operar en este mercado, en Arica e Iquique. Marcelo Mendoza, gerente de operaciones y miembro de la familia controladora, dice que, aunque partieron con alrededor de 7.000 cilindros, “actualmente, solo tenemos 4.000”. Si el resto está en manos de la competencia, afirma Mendoza, “está por demostrarse también. Vamos a poner una denuncia ante la SEC”.
COSTOS Y UTILIDADES
La empresa HN vende los cilindros más baratos que sus competidores. Hace una semana ofrecían el de 15 kilos a $20.700 a domicilio, por debajo de su competencia. Según Hugo Najle, gerente general de HN, su precio se descompone de la siguiente manera: entre 50% y 60% es la materia prima, es decir, el gas que adquieren en la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP); 20% o 30% es por gastos “variables y fijos”, lo que incluye “recursos humanos, logística, bodegas, camiones, camioneta…, envasado, publicidad, marketing, parte del valor del cilindro, gastos bancarios, todo lo necesario para el correcto funcionamiento”. Y el margen de utilidad, dice, está en torno al 15% a 20%.
Los costos, principalmente por el valor de los cilindros, indican que no es simple llevar a cabo la idea que a fines de noviembre de este 2021 fue comunicada por un grupo de alcaldes -al que ya se han sumado más de 150 jefes comunales-, para producir y comercializar gas envasado, a objeto de llevar a la baja los elevados valores que el producto ha alcanzado en el último tiempo. El alza del gas y el informe que la FNE publicó en octubre último, que indicó que la competitividad en este mercado es baja y que el riesgo de coordinación entre los mayoristas es alto, son parte de los elementos estudiados por una comisión investigadora en la Cámara de Diputados. Según la FNE, la poca competencia ha implicado que cada año el precio aumente cerca de un 15% por balón para el consumidor final.
En su presentación ante la comisión parlamentaria, en noviembre pasado, Hugo Najle expuso el tema de la intercambiabilidad de cilindros y denunció nuevamente el incumplimiento de las grandes empresas distribuidoras de gas a las normas que establece la SEC. En referencia a la regla que indica que las compañías no pueden guardar una cantidad de balones de otra empresa que exceda el 0,2% del inventario declarado por esta última, sostuvo: “Esta norma en perjuicio de GAS HN ha sido permanentemente infringida (…) En efecto, Gas HN, desde que ingresó al mercado (…), ha adquirido más de 18 mil cilindros a la fecha y hoy tiene en su stock tan sólo una cifra cercana a las 4 mil, lo que hace casi imposible funcionar y mucho menos pretender un crecimiento”, señala un informe que presentó Najle ante los diputados.
Una de las propuestas que planteó Hugo Najle ante la comisión fue “que la SEC cuente con facultades expresas que le permitan recabar información en terreno tanto en las mismas plantas de distribución de los mayoristas como en los lugares de distribución minorista, contando incluso con facultades para solicitar auxilio de fuerza pública en caso de negativa para fiscalización”. La proposición fue incorporada en el informe final de la comisión, aprobado por la unanimidad de los parlamentarios de todos los sectores políticos el 26 de noviembre de 2021.
El superintendente Ávila, comenta que no cuentan con un programa para fiscalizar a los locales que tienen cilindros de otra empresa: “No lo hacemos así, no es el método que usa la Superintendencia, sino que el método son los propios actores que tienen mucho mejor información que nosotros si las ventas que tienen y el stock de cilindros no está retornando en la proporción que ellos saben. Así, recibimos una denuncia específica de un distribuidor del Maule (HN), que finalmente en la investigación pudimos constatar que había transgresiones a la normativa, e iniciar un proceso sancionatorio que terminó en una multa”.
Al poco tiempo de haber instalado el negocio, relata Hugo Najle, comprobó que le faltaban cilindros en su primer stock de mil unidades: “A fines de diciembre 2016 ya no teníamos suficientes para seguir envasando. Concluimos que los cilindros vendidos estaban aún siendo usados por nuestros clientes y que aún no los recibíamos de vuelta. Sin embargo, después de casi un año, la gran mayoría nunca fueron devueltos. Es decir, las tres grandes compañías que los habían recibido, no los estaban devolviendo”. Hoy, su inventario total es de 20.001 unidades de balones (de 5, 11, 15 y 45 kilos), pero cuenta que “cerca del 70% nunca han sido devueltos. Es decir, más de 14.000 cilindros que no sabemos dónde están”.
LA SANCIÓN A LIPIGAS
Para el superintendente Ávila, el incumplimiento de la intercambiabilidad puede acabar a un operador, considerando que solo la empresa propietaria de los cilindros los puede rellenar: “En cualquier actividad, el no disponer de los envases significa que se está afectando la eficiencia, y por lo tanto afecta de manera directa la estructura de costos. Tiene impacto en el desarrollo de la competencia”, afirma.
La SEC informó a CIPER que en los últimos cinco años la única sanción que se ha cursado por intercambiabilidad es la del pasado 7 de octubre, cuando Lipigas fue multada por tres cargos: uno leve y dos graves. El primero fue por acumular una cantidad de cilindros mayor al 0,2% del inventario declarado por HN en la Región del Maule entre el 4 de agosto de 2017 y el 31 de mayo de 2020. Por esto se cursó una multa de 500 UTM (unos $27 millones al valor actual). El segundo cargo fue por no haber comunicado por escrito a HN “la cantidad y tipo de cilindros de su propiedad, que se encuentran en las instalaciones de Lipigas”. Por esto se cursó una multa de 1.000 UTM (unos $54 millones). El último fue por “no remitir a esta Superintendencia, con frecuencia mensual, la información sobre su inventario diario de cilindros ajenos de la Región del Maule”. Por esto se cursó una multa de 2.000 UTM (alrededor de $108 millones). La SEC está analizando un recurso de reposición de Lipigas.
CIPER se contactó con Lipigas para hacer consultas sobre este tema. Desde la empresa se limitaron a enviar una declaración por escrito, vía correo electrónico. Sobre la multa indicaron que se debió a “un error involuntario y puntual de no informar semanalmente la dirección de lo cilindros, la misma que se mantiene desde hace 26 años y es conocida por todas las empresas de la competencia”.
Respecto de la intercambiabilidad de cilindros, desde Lipigas indicaron que año a año se “intercambia más de tres millones de cilindros con otras compañías a nivel nacional. En el caso específico de Gas HN, en 2020 entregamos 2.368 cilindros, es decir, todos los que llegaron a Lipigas. De acuerdo a la normativa, es la empresa dueña de los cilindros la responsable de retirarlos y como compañía siempre hemos tenido dichos cilindros a su disposición, en el mismo lugar de almacenamiento en la ciudad de Talca, de lunes a sábado”. Esta información contrasta con la aportada por Hugo Najle a CIPER, quien señaló que la cifra indicada por Lipigas “está muy por debajo de todos los cilindros que, como empresa, debimos haber recibido”.
Najle afirma que se puede “contar con un sistema de trazabilidad de los cilindros, es decir, saber con absoluta claridad dónde está ubicado cada uno y, de esa manera, impedir que empresas como la nuestra desaparezcan porque no se los devolvieron”. Otra altenativa, sugiere, es “contar con un cilindro universal, único, y de esta manera impedir que se atente contra la libre competencia impidiendo el desarrollo de nuevos actores en este mercado”.