Teno.- Desde hace un tiempo que muchos hemos escuchado de los tratamientos a través de la hipoterapia. Los avances han sido auspiciosos, pero de repente surgen algunas trabas que resultan insalvables.
El empresario Pedro Pablo Santamaría junto a la fundación “Susana Torrealba Bisquert”, un grupo de amigos y los profesionales encargados pusieron en marcha el 20 de diciembre pasado al mediodía un centro de hipoterapia a la altura del kilómetro 3 del Camino Los Lagartos en la comuna de Teno.
Su ideólogo se apronta a señalar que la atención no va a ser solamente para los niños de Teno, sino que para todos los niños de la provincia.
“La fundación, como primer paso, va a formar este centro de hipoterapia para los niños discapacitados. Aquí no hay limitación para nadie; inicialmente va para la escuela de la Hacienda de Teno, pero también vienen niños de Teno y pueden venir niños de Curicó, no hay ninguna limitación”, insiste Pedro Santa María.
MADRE
El centro lleva el nombre de la madre de Pedro, Susana Torrealba Bisquert y la idea de crear este centro tiene una arista religiosa, “es por lo bien que los ha tratado la vida a ellos y sus 10 hijos, 33 nietos y 35 bisnietos”.
“Esto ha sido idea de Pedro, uno de mis hijos, ya que tengo 10 y él lo merece mucho más que yo.
Me alegra que puedan tener un corazón amplio y puedan ayudar a sus semejantes, eso se los he enseñado muchas veces, que sean caritativos y que siempre tengan mucha confianza en Dios y en la Virgen para que los acompañe”, expresó.
KINESIÓLOGA
Francisca Silva Álvarez, kinesióloga, coordinadora de la fundación, dijo que el trabajo se viene haciendo desde hace unas tres semanas incluyendo los sábados. “Hacemos hipoterapia a niños en situación de discapacidad física, cognitiva, sensorial y con dificultades de integración social, principalmente”.
El caballo en la equinoterapia es una herramienta relevante y su elección no es cosa fácil, pues se debe evaluar las características físicas, el carácter y comportamiento.
“El caballo depende del área de la que estemos hablando, por ejemplo, en el área física la marcha del caballo se asemeja mucho a la marcha humana, o sea, el movimiento a nivel de pelvis y columna es muy parecido al que nosotros generamos cuando caminamos, al tiempo que estamos montando. A ello se agrega el componente cognitivo y emocional que provoca el montar a caballo. Es muy diferente ir a una terapia a una sala encerrado con gente con delantal que estar acá al aire libre en contacto con animales, esa es la diferencia”, comentó.
Agregó que los avances en los tratamientos se advierten desde la primera sesión. Al principio hay niños que no quieren montar y partimos tirando al caballo y después se suben y no se quieren bajar después de la tercera o cuarta sesión. Se mejora la autoestima, la coordinación el equilibrio y el control motor en general”, explicó.