Curicó. Solamente en su cabeza cabían las mentiras y falacias que se entretejieron para tener a toda una comunidad pendiente de su suerte que lamentaba lo que le había pasado: había sido secuestrada por delincuentes desde la salida de su trabajo para aparecer “golpeada y con el pelo cortado” en el norte de Chile, a más de mil kilómetros.
Este tipo de situaciones no son nuevas, se han visto en ocasiones anteriores en donde jovencitas, con una mente muy fértil para escapar de una situación asfixiante, inventan cuentos que tras mantener a la familia y a todo un país expectantes resultan absolutamente falsas. Y aunque la palabra no corresponde le llaman “un tongo”.
Y en esto no solamente están involucrados quienes opinan sobre este tema, sino que también, algunos medios de comunicación que para buscar sintonía y remecer a sus auditores o televidentes, aprovechan este caldo de cultivo que después de que se conoce la verdad, se lavan las manos tratando de que haya otro tema para tapar la metida de pata que sólo buscaba encantar a nuevos auditores. Todo se vuelve una mentira…
Y las consecuencias no son menores, se involucra a las autoridades en general, a las policías tanto a Carabineros como la PDI en un hecho totalmente FALSO que lleva a muchos a pensar que la inseguridad ya nos ha superado en todas las instancias.
Resulta peligroso basarse en redes sociales para que los medios de comunicación de todo tipo, radios y Tv, se instalen en Curicó para llenar sus matinales de entrevistas y de muchas suposiciones.
Que se la llevaron fuera del país, que la drogaron; que era trata de blancas, qué no se dijo…. Y el daño queda.
Los medios de comunicación, que agrandan estas situaciones sin que antes sean verificadas por quienes corresponde: las policías y los fiscales, sólo se preocupan de tener miles de visitas a sus videos de Facebook y comentarios al por mayor que de un segundo a otro se van al tacho de la basura.
Esto no es gratis, así como a quienes hacen llamados falsos a las policías y quienes inventan este tipo de dramáticos acontecimientos delictuales, tienen un castigo que no se deja esperar: el de la justicia y de la propia comunidad que fue inducida a creer en algo que desde que partió… era falso.