Dirección de Aseo y Ornato cortó el árbol a petición de la seguridad de los vecinos, sin embargo un funcionario lo transformó en una hermosa silla de madera.
CURICO.- El deterioro por el paso de los años, el debilitamiento y el peligro de terminar su vida causando daños a la propiedad pública y privada, fueron las causas por las cuales el departamento de aseo y ornato del municipio curicano, tuvo que tomar la ingrata decisión de cortar unantiguo pino ubicado en la plaza del sector de Rauquén. Otro de similares características ya había caído, afortunadamente sin daños a las personas.
Sin embargo, previo a las faenas que harían desaparecer para siempre el frondoso árbol, aliviando la preocupación que existía en el sector especialmente en tiempo de invierno, se acordó dejar a ras de piso un recuerdo que inmortalizara lo que un día fue su existencia, su aporte al medio ambiente.
Llegó así el día del descanso para este añoso pino, y fue el funcionario del departamento de aseo y ornato de la municipalidad de Curicó José Garrido, quien tuvo la misión de cortarlo y como una bella obra de arte dejó en la parte inferior de su tronco un asiento con la figura nítida de una silla.
“La verdad es que lo hice por el tema de era un árbol que tenía muchos años y cortarlo y que no quedara nada no era lo más indicado y ahí entonces pensé en hacer algo que quedara y que la gente lo disfrutara, en este caso un asiento para pensar, para esas parejas que con los años habrán estado debajo de ese árbol y al final ya es un recuerdo el que ojalá lo cuiden. Ese asiento por el hecho de estar al aire libre, poco a poco se va a ir secando va tomar firmeza y el tiempo lo va ir cuidando solo y hay que esperar que la gente no lo raye, no lo pinte” señaló, nostálgico José Garrido.
De la misma forma el funcionario municipal se refirió al peligro evidente que revestía el árbol que acaba de ser cortado, explicando además que este tipo de especies no pueden ser podadas con la finalidad de prolongar su vida, por ello la ingrata faena tuvo que realizarse.
“La verdad es que este árbol estaba inclinado hacia las casas, sobre el tendido eléctrico y cuando corría mucho viento se levantaba de sus raíces haciendo un evidente movimiento y por eso se tuvo que tomar la decisión de cortarlo considerando que el Pino no se puede podar y si se le corta la punta por ejemplo hasta ahí no más llega, muere ahí por eso se acordó cortarlo a piso y dejar un pequeño recuerdo”, explicó José Garrido.
La Municipalidad de Curicó optó por la seguridad de las personas, mientras la silla que a contar de hoy es el más fiel recuerdo del viejo pino, seguirá presente en la plaza del sector de Rauquén, a la espera quizás del regreso de una pareja de enamorados, o presta a escuchar silente la historia de algún adulto mayor que sentado en su estructura recordará bellos momentos, los que tal cual en las novelas y en un merecido descanso suyo y del pino, tendrá un final feliz.